martes, 13 de diciembre de 2022

 

Federico Cantú 1907-1989 Mexican Artist

Born in 1907 in Cadereyta de Jimenez, Nuevo León, Federico Cantú was a prodigious talent who with barely fourteen years of age began his artistic career. In 1922 he enrolled at Alfredo Ramos Martínez, a newly established experimental school in Coyoacán, Mexico City. There he learned from his teacher's impressionistic techniques and before long he began working as an assistant to Diego Rivera, who newly arrived from Europe and was about to unleash an extravagant mural project that would change Mexico City and propel the careers of numerous artists.

Mexican philanthropist
and intellectual Raúl Rangel Frías eloquently described Federico Cantu's colors as full of

lyrical emotions, his luminous reds and greens create and add substance to the immaterial assets of the painting. Indeed, he believed the artist had a magic touch that enable him to endow his pigments with life. More importantly, he considered Cantu's way of painting, even as a young artist, full of energy as the delicate lines of his compositions conveyed rhythmic design.

However, Cantú did not stay long in Mexico City and sailed for Paris in 1924 where he lived a bohemian lifestyle for almost a decade. Almost immediately after his arrival, he found himself amid all the avant-garde luminaries such as Pablo Picasso, Mateo Hernández, José Decrefft , Lino Eneas Spilimbergo, Gino Severini , Tsugouharu Foujita, the surrealists André Breton, Paul Eluard, José Moreno Villa, Cesar Vallejo, Antonion Artaud (who lived in Mexico in Cantu's house in 1936) and others.

While living in Paris, Cantú goes to California to have his first big art exhibition where his Madonnas and Virgins were displayed. The devotion to the sacred art is a constant theme in his work since his days at Escuela al Aire Libre de Coyoacán, increasing gradually until 1928 when Cantú painted his first mural in Pasadena in which he included the figure of the "Cristo Negro".

In the manner of Botticelli, Cantú portrayed the Madonna, as well as the "Descanso en la Huida a Egipto", where the Virgin and the Child are the central figures. The series of ink drawings in Cantú's sketchbooks also narrate a lot of biblical themes where, in the young artist's mind, woman represent a duality, which in one hand represents a symbol of fertility and in the other a symbol of eroticism.

Federico Cantú said on his return to Paris in 1930: "I found that my atelier had been leased and the works were sold to the highest bidder. I must have lost thousands of paintings including drawings, sculptures, sketches and oils".

At that time Federico did not imagine that although he arrived back in Paris with the idea of completing the ten-year cycle he had begun in 1924, his work would be soon once more lost because, as told by Antonin Artaud in his 1936 visit to Mexico, France was faced by the uncertainty of another war.

When Cantu returned to Mexico, he had extraordinary art exhibitions together with Diego Rivera, Rufino Tamayo, Jose Clemente Orozco and Doctor Atl. Soon after he painted the Le Papillon.
The portable mural "
Life, passion and death of the harlequin" (Papillon Bar, 1934), reflects the bohemian spirit of Montparnasse. The figure of the harlequin accompanied by female nudes, was a result of the immense inspiration Cantú acquired from his time in Paris.

A year later Cantu starts a long exhibition career in California at the Stendahl Galleries where Picasso's "Guernica" was also displayed at the same time.

Throughout his life, Federico was attracted to the world of mythology, as demonstrated by two of his earliest paintings: Ícaro (1926) and Orféo (1926).

Cantú, as a tireless engraver and sculptor, recreates scenes and characters taken from the Greco-Roman and Mesoamerican mythology, describing myths and narrating religious stories while including Catholic iconography.

Federico Cantú carries on the religious theme by painting years later the "Purísima Church in Monterrey", the "Parish Church of San Miguel de Allende", the "Former Convent of San Diego" and the "Capilla de los Misioneros de Guadalupe" in Mexico City, and of course in the Collection of Paintings located in the Vatican Museums.

Cantú's work also shows a series of mythological figures such as Ulysses, Apollo, Diana, Nestor, Cassandra, Eurydice, the Minotaur, Penelope, and mythical creatures like centaurs, unicorns, fauns and muses.

With the fusion of narrative and history, Federico Cantú becomes a grand master of artistic engravings. The plates, delicately worked from an ink drawing with astonishing freehand strokes, constitute the extraordinary testimony of a life dedicated to art, engraved for eternity on plates of copper, zinc, gold, silver, steel and stone.

Adolfo Cantú
Mexico City, December 2022

Cantú Y de Teresa Collection 

viernes, 2 de diciembre de 2022

 Grabado al buril Letanía Lauretana 1947

La Purísima – Monterrey NL

Capilla de los Misioneros de Guadalupe

 

Proyecto mural y Vitral La ultima Cena & Calvario

 

Arte sacro monumental



 

El arte sacro es una denominación utilizada para todas aquellas producciones artísticas que tienen como fin un culto a lo sagrado o divino. Durante el trayecto de los siglos el cual se reconoce la fe, encontramos que el arte sacro intenta determinar cada pasaje y aspectos divinos por medio de pinturas, esculturas y mosaicos.

 Las representaciones más frecuentes en la Iglesia católica por ejemplo nos muestran el bautismo, el juicio, la crucifixión, la muerte y la resurrección de Jesucristo, también nos muestran a la Virgen María o imágenes de la Biblia

 

El arte sacro era común en la Edad Media europea, pero muchos de los mayores maestros fueron mandados por la Iglesia católica durante el renacimiento. Fue durante ese tiempo cuando Miguel Ángel pintó la Capilla Sixtina y talló la Pietà, Gian Lorenzo Berninicreó las columnas en la Basílica de San Pedro y Leonardo da Vinci pintó La Última Cena. 


 

Uno de los temas cristianos más comunes es el de una mujer (la Virgen María) cogiendo en los brazos a un niño (el hijo, Jesús). El otro tema principal es el de Jesús sobre la cruz.

que tienen como fin un culto a lo sagrado o divino. 

 

El género del arte sacro perdió la mayor parte de su vigor desde el Renacimiento, pero los temas son todavía populares como muestra la obra de Federico Cantú en el siglo xx con obras como sus viacrucis , calvarios , crucifixiones y pasajes bíblicos , todos ellos llevados a la monumentalidad pasando por la grafica, tinta y pintura de caballete.

 

La última cena es la comida final que, en los relatos evangélicos, Jesús compartió con sus apóstoles en Jerusalén antes de su crucifixión. La última cena es conmemorada por los cristianos, especialmente el Jueves Santo. La última cena provee de base bíblica a la eucaristía, también conocida como "sagrada comunión" o la "cena del Señor".



La Primera carta de Pablo a los corintios menciona la última cena. Los cuatro evangelios canónicos afirman que tuvo lugar en la semana de la Pascua, días después de la entrada triunfal en Jerusalén y poco antes de que Jesús fuese crucificado esa misma semana.

 

Durante la comida, Jesús predijo que iba a ser traicionado por uno de los apóstoles presentes y que, antes de la mañana siguiente, Pedro iba a negar tres veces haberle conocido. 

 


Los tres evangelios sinópticos y la Primera carta de Pablo a los corintios incluyen la narración de la institución de la eucaristía, en la cual Jesús tomó pan, lo rompió y lo dio a los otros diciendo que era su "cuerpo" (los apóstoles no son mencionados explícitamente en la carta). 

El Evangelio de Juan no narra este hecho, pero cuenta que Jesús lavó los pies de los apóstoles (Juan 13:1-15) dando un mandamiento nuevo: "amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Juan 13:33-35). Juan también relata un discurso de despedida, en el que llama a los apóstoles "amigos y no siervos", a medida que los prepara para su partida (Juan 14-17)Algunos académicos han considerado que la última cena es la fuente de las primeras tradiciones eucarísticas cristianas






 Adolfo Cantú 

Colección de Arte Cantú Y de Teresa

lunes, 4 de abril de 2022

  




Federico Cantú 1907-1989
La Cuaresma (en latín: quadragesima ‘cuadragésimo día (antes de la Pascua)’) es el tiempo litúrgico del calendario cristiano destinado a la preparación espiritual de la fiesta de la Pascua. Se trata de seis semanas de purificación e iluminación interna,
celebrado en las Iglesias católicas, copta, ortodoxa, anglicana, incluyendo algunas evangélicas aunque con inicios y duraciones distintas.
A lo largo del tiempo de Cuaresma, los cristianos son llamados a reforzar su fe mediante diversos actos de penitencia y reflexión. La Cuaresma tiene seis domingos incluyendo el Domingo de Ramos, en cuyas lecturas los temas de la conversión, el pecado, la penitencia y el perdón son dominantes. Es, por excelencia, el tiempo de conversión y penitencia del año litúrgico. Por eso, en la misa católica no se canta el Gloria en los ritos iniciales (excepto el Jueves Santo, en la misa de la cena del Señor, con el que inicia la Pascua o en fiestas y solemnidades: La solemnidad de San José y la Anunciación siempre cae en Cuaresma), ni el Aleluya antes del evangelio.


Existen evidencias de la existencia de prácticas cuaresmales, en particular del ayuno como preparación de la Pascua, desde fines del siglo II y principios del siglo III. Desde el año 322 existen noticias de la Cuaresma en Oriente, mientras que en Roma se celebró con seguridad al menos desde 385.5​ En los primeros tiempos de la Iglesia, la duración de la Cuaresma variaba. Finalmente en el siglo IV se fijó su duración en 40 días, con inicio seis semanas antes del domingo de Pascua.6​ por tanto, un domingo llamado precisamente «domingo de cuadragésima».
En los siglos VI-VII cobró gran importancia el ayuno como práctica cuaresmal, presentándose un inconveniente: desde los orígenes nunca se ayunó en domingo por ser día de fiesta, la celebración del Día del Señor. Para respetar el domingo y, a la vez, tener cuarenta días efectivos de ayuno durante la Cuaresma, en el siglo VII, se agregaron cuatro días más antes del primer domingo, estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto. Eran exactamente cuarenta los días que van del Miércoles de Ceniza al Sábado Santo, sin contar los domingos.
Con la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II se prefirió excluir del periodo cuaresmal los días del entonces llamado Triduo Sacro ya que no eran en realidad una conclusión de la Cuaresma sino ya una celebración de la Pascua entendida como el paso de la muerte a la vida (y no solo la resurrección) por lo que la Cuaresma, a pesar de no durar ya los 40 días medievales, termina el Jueves Santo después del oficio de Nona (Hora intermedia) que suele corresponder a las 3 de la tarde, con lo que las celebraciones de la Cena del Señor no forman parte de la Cuaresma, sino de la Pascua.





CYDT